Magaly Espinosa.

Nicolás Bourriaud en su libro Post Producción apunta: «La cualidad de una obra depende de la trayectoria que describe dentro del paisaje cultural. Elabora un encadenamiento entre formas, signos, imágenes». Si aplicamos esta estrategia a la creación del artista Francisco Masó descubrimos un conjunto de piezas que enlazan esos tres elementos con la intención de construir otra analítica, otra dinámica de la imagen visual paralela a la obra misma, que la desnuda al apropiarse de una de sus partes, recomponiéndola como obra única.

En esa dirección, su estrategia consiste en detenerse en los momentos posteriores que intervienen en la realización de la obra, referidos a aquellos componentes que la completan: montaje, sonido o edición. Por ello, no nos encontramos frente a una apropiación común, generalmente realizada a partir de la obra, sino de ese momento posterior que la completa, ahora convertido en el sentido fundamental de la nueva construcción artística.

Siguiendo ese procedimiento nos topamos con una de sus creaciones más ingeniosas, cuyo título juega con la palabra postproducción, repitiéndola como si fuera una letanía invocatoria: Post Postproducción. Bajo ese nombre ha armado un proyecto dirigido a mostrar la lógica funcional del sistema de piratería audiovisual que suministra gran cantidad de las obras de ese tipo de arte que consume la población.

Francisco Masó. Neorrealismo, 2009. Video-proyección. Cortesía Archivo Art Studio.

Como parte de dicho proyecto está la pieza Neorrealismo, una creación en video que solo nos ofrece información de las entidades que la patrocinaron, revelándonos sus logos, tanto de instituciones oficiales, como alternativas, llegando a proyectos del tipo de La Cátedra Arte de Conducta, adquiriendo con ello un valor informacional que nos acerca desde el arte a ese complejo mundo del patrocinio artístico. El espacio creado no es real, así no coinciden las cosas, pero esa licencia le aporta un sentido estético a un contenido que en apariencia es convencional, cuando bajo esa faz ingenua lo que se está articulando es un contexto social complejo.

Francisco al vaciar la obra para priorizar uno de sus elementos, se acerca a otro joven artista, Jesús Hernández-Güero, quien ya había utilizado en algunas de sus piezas ese procedimiento, pero más dirigido a la obra misma, como puede apreciarse en la obra Omisiones que anuncian, en la que toma del Noticiero Nacional de la Televisión solo los créditos que presentan sus espacios, sin incluir noticia alguna. Nuestro artista remueve el proceso de la producción interesándose solo en uno de sus momentos, en este caso en esa suerte de “productoras independientes” que crean su propio logotipo incorporándolo a los materiales que promueven, sean fílmicos, series televisivas o programas de participación y con ello, quizás sin proponérselo, están parodiando y simulando los sostenes naturales del mundo audiovisual, tanto televisivo como cinematográfico.

En este empeño le ha sido muy útil la invención de un conjunto de términos a través de los cuales trata de definir su propio proceso de trabajo, como Casa Post PostProductora, Post PostProductor o Copost PostProductor. La analítica que los sustenta no descansa en los conceptos que fundamentan el proceso gnoseológico del arte, sino en la búsqueda de los mecanismos estructurales que lo sostienen como una puerta que se abre más allá del arte.

La obra así concebida, tiene la paradoja de estar hecha para el mundo del arte, sin embargo, va a circular simulando los mismos canales cotidianos de las tiendas de ventas no oficiales, por ejemplo, la pieza Paquete Semanal fue mostrada recientemente en el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales. Para ejecutarla, se creó todo un andamiaje que le permitía al visitante copiar el material de su interés sin costo alguno, convirtiendo «la relación artista-público en un vínculo de servicio proveedor-cliente».Cada archivo copiado funcionó como una vía que daba a conocer el Proyecto Post PostProducción pues tenían asociado un video promocional confeccionado con los carteles y textos de los videos que lo componen.

El conjunto de obras comentadas de este autor, han sido el resultado de un montaje que manipula el propio proceso posterior a la producción de la obra en sí, es una postproducción otra, que activa relaciones estéticas con el perceptor y es en este proceso donde se acercan a la vida cotidiana sin renunciar a la mirada instruida del arte, mirada que nos dice de esa vida lo que a veces no pretendemos descubrir.

Notas
Este texto fue publicado originalmente en El Correo del Archivo José Veigas. No. 14.