Muestra de Cine 3D fue un evento cultural sin fines de lucro -dirigido a todo tipo de público- que exhibió una selección de producciones relevantes de la Historia del Cine. La aparición de salas de cine 3D como una variante de trabajo por cuenta propia, la creciente demanda de consumo de la población cubana en torno a la producción audiovisual y el posterior cierre inmediato -en el año 2013- de estos espacios alternativos por una prerrogativa estatal; constituyeron los detonantes del evento. El mismo se propuso “revivir la experiencia 3D” apoyado en la exhibición de un cine de calidad insospechable.
El suceso aprovechó la brecha tolerante que ofrece la institución Arte frente a la prohibición, y se erigió como un espacio de pensamiento ante los debates institucionales sobre la política económica y los valores culturales. Desde esta perspectiva, se favoreció el análisis profundo sobre las formas estatales de censura, las carencias de medios tecnológicos y la piratería audiovisual como fenómeno institucionalizado en los medios televisivo y cinematográfico.
Durante los días del evento, desde Intolerancia (David W. Griffith, 1916) hasta La Ola (Dennis Gansel, 2008) pasando por filmes como Metrópolis (Fritz Lang, 1927), Trono de Sangre (Akira Kurosawa, 1957) y 1984 (Michael Radford, 1984); la programación se mostró insistente en producciones que discursaran sobre el ejercicio del poder y sus relaciones sociales. Se hizo especial énfasis en aquellas que exhibieran sus consecuencias en las sociedades totalitarias. Consecuentemente, el espectador vivenciaba una suerte de déjà vu al asociar el argumento cinematográfico con su propia realidad.
La Muestra de Cine 3D fue el primer evento de su tipo en Cuba, y un espacio de consumo cinematográfico que respondió a otra dimensión del gusto popular y a los principios sublimes de la Política Cultural Cubana.